Dios nos da en la Iglesia todas las armas para vencer al demonio.
Juan Pablo II, 17 feb. 2002 (1er domingo de cuaresma)
Exortó a la vigilancia «para reaccionar con prontitud a todo ataque de la tentación».
Habló de las armas del cristiano «para afrontar el diario combate contra las sugerencias del mal: la oración, los sacramentos, la penitencia, la escucha atenta de la Palabra de Dios, la vigilancia y el ayuno».
Estos medios ascéticos, inspirados por el mismo ejemplo de Cristo, siguen siendo indispensables hoy, pues «el demonio, "príncipe de este mundo", continúa todavía hoy con su acción falaz».
El Papa pidió entusiasmo en «el camino penitencial de la Cuaresma para estar preparados a vencer toda seducción de Satanás y llegar a Pascua en la alegría del espíritu».
Recurrimos también a los sacramentales. Entre ellos agua, aceite y sal exorcizadas. Estos se utilizan en los exorcismos según las fórmulas del Ritual Romano.
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